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El anarquismo aspira a una sociedad sin opresores ni oprimidos y cree que para ello es necesaria la auto-organización de la gente sin líderes ni partidos. Así lo entendieron miles de extremeños en el pasado. A principios del siglo XX, los ?paqueteros? repartían libros que difundían estas ideas, y que los trabajadores leían en el campo durante los descansos. Así se formó la Germinal obrera, la potente organización extremeña de carácter anarquista que llevó a cabo la primera manifestación reivindicativa del 1 de mayo en la región. No se contentaban con reformismos y defendían la acción directa. Estos principios darían lugar al sindicato CNT.
Aquí se narran acontecimientos como ?los sucesos de Badajoz?, la huelga en la que las mujeres protagonizaron un momentáneo levantamiento y acorralaron a la guardia civil para liberar a los detenidos. Chema Álvarez también recoge la experiencia de los extremeños que crearon escuelas racionalistas y laicas, con una metodología enfocada a educar a los niños en la libertad. Y nos trae historias como la de Ramón Acín, el anarquista que financió el documental de Buñuel sobre las Hurdes con el premio de la lotería de Navidad, o los escritos de Elisée Reclus sobre los viajes a Extremadura.
Asimismo, Chema recupera en esta investigación la memoria local del golpe de estado: cuenta cómo entraron las tropas fascistas en Mérida por el puente romano lanzando bombas de mano, la represión de los maestros racionalistas en pueblos como Montijo, la quema de libros en hogueras, o la llegada de Miguel Hernández a Castuera.
Tras la larga noche del franquismo, en 1977 resurgió la CNT en la región, en las huelgas de la construcción de Cáceres. Extremadura anarquista descubre también la contracultura extremeña: las nuevas ideas, el punk, los fanzines, o las radios libres, que contaban la verdad de la calle emitiendo desde pequeños locales (a veces de forma clandestina). El ?No a la OTAN? y la insumisión al servicio militar, de la que el autor fue impulsor, o las luchas por el medio ambiente y contra las centrales nucleares de Almaraz y Valdecaballeros. También el movimiento de apoyo a Mujeres de Negro contra la guerra y las luchas sociales como la huelga de Induyco en Cáceres en 1989, que ilustra la portada de l libro. Todo ello forma parte de la identidad del pueblo extremeño, y del movimiento libertario.