Para envío
«Compadeciéndome, me decía que un hombre puede vivir solo si es ambicioso, o vivir sin ambición y dedicar su vida a los demás; pero vivir como yo lo había hecho, solo y sin ambición, era lo mismo que no vivir».
Pablo es un artista frustrado de veintinueve años que atraviesa una crisis personal y laboral. En el verano de 2017 vuelve a Barcelona, a casa de su madre, para decidir qué hacer con su vida.
Deambulando por las calles se encuentra con Darío, un viejo amigo del colegio que ahora se codea con la jet set catalana. De su mano, se introducirá en un universo de mansiones con piscinas, travesías en barco, artistas de éxito, rayas de coca y jóvenes suicidas, en una ciudad que está a punto de vivir un episodio trágico en su historia.
«Si el mayor deseo de un hombre es vivir tranquilo, el mejor consejo que puede dársele es que se aleje del arte», dice Edgar Wind en la cita que abre Los Alpes marítimos, y sus páginas ilustran esta idea. El final de los sueños de la juventud, el miedo a la vida adulta, la identidad sexual, las familias desestructuradas, la ambición del poder, el sentido de la creación del mundo violento y anárquico... Son muchos de los temas que trata esta novela de aprendizaje tardío, que es a la vez sarcástica y tibiamente romántica.